La casa es realmente muy linda y con mucho estilo. La habitación que reservamos mi novio y yo (papaya) nos encantó, todo dentro de ella estaba bien diseñado y pensado: mosquiteros, agua caliente, la cama, las cobijas y las almohadas super cómodas. El jardín tiene árboles frutales que proporcionan sombra y un ambiente fresco... todo nos encantó, cada detalle y rincón que pudimos observar... pero sin duda lo mejor de este alojamiento fue la calidez humana de los anfitriones porque te hacen sebtir como en casa. El desayuno es delicioso, fue como si estar en casa de un familiar. Esperamls volver pronto y lo recomendamos ampliamente.