La casa tiene todas las comodidades, además de ser un lugar perfecto para relajarse, leer, darse un baño y broncearse en la piscina, disfrutar de paseos al atardecer por la zona y hacer sobremesas larguísimas en su porche a refugio del calor o en la noche, disfrutando del silencio y la tranquilidad del entorno.
La propietaria es un encanto, muy amable y cuidadosa con los detalles.
Nos encontramos con un bonito detalle de bienvenida, la casa perfectamente preparada y, durante la estancia, pudimos degustar y difrutar de fruta fresca directa de su huerta.
En definitiva, si buscas un lugar donde descansar, desconectar y disfrutar en familia, esta casa es una muy buena opción.
Seguro que volveremos.