Es un hotel justo afuera del centro histórico, lo que para nosotros fue una ventaja, ya que había tranquilidad y si queríamos ir al centro llegábamos caminando. Las habitaciones son muy amplias, bonitas, cómodas y con todos los servicios.
No le puse excelente a todo ya que en la primer habitación que nos dieron tenía detalles de limpieza (al parecer porque estuvo lleno e hicieron de rápido las habitaciones), pero nos cambiaron la habitación sin problema y en la segunda no había jabón en la regadera, pero pues eso ya es un detalle sin importancia. Hay agua caliente, aunque tarda un poco en salir (suponemos que por el frío) y en la televisión no puedes ver más que YouTube, pero el internet es bueno y gratis.
El desayuno era muy rico y con mucha limpieza, aunque no había mucha variedad, tal vez porque había poca gente.
El personal de recepción y estacionamiento muy amables y serviciales, en especial el Sr. Martín que nos orientó y recomendó un restaurante así como lugares y actividades cercanas.
Tuvimos una estancia en verdad muy agradable y tranquila. Esperando regresar en alguna ocasión.