Es una antigua pensión a la que le han dado un lavado de cara. La cama es cómoda (quizás porque es nueva). Los baños no están reformados, pero las toallas son de buena calidad. No hacen limpieza durante la estancia, nosotros estuvimos en total 3 noches. Las puertas antiguas, y las cerraduras hacen ruido al abrir, por lo que te enteras de cuando salen y entran en otras habitaciones. Cuando fuimos aún había obras, a las 10 de la mañana arrancaban y se acababa el descanso (viernes y sábado). Pese a no tener servicios extras, te piden tarjeta como garantía por si pierdes la tarjeta/llave, en cuyo caso te cobrarían 25€. Sólo nos dieron una, pese a pedir dos. Check out a las 10h, te ofrecen por 10€ adicionales quedarte hasta las 13h, que lo pagamos. El personal es agradable.
En resumen: cama en el centro de Granada a un precio razonablemente bueno, pero no esperes ningún lujo.