Fue una grata sorpresa desde el inicio. El trato cálido y amable de Andrea y su mujer, las instalaciones y el entorno perfectamente cuidado, todo limpio e impecable, el desayuno tremendamente exquisito, variado, con ingredientes de calidad y elaborados artesanalmente, la paz y la comodidad que se respira...sin duda estamos deseando volver.