El hotel es pequeño, no muy acogedor, pero la dueña es bastante amable. Tuvimos un pequeño percance con la cama, pero lo solucionaron rápidamente. La conexión del WiFi no llegaba hasta nuestra habitación con suficiente intensidad y casi no podíamos conectarnos. El baño tenía agua caliente y la presión de la ducha era muy buena, aunque el baño un poco pequeño. Además, había frazadas en los armarios para taparse por las noches. También ofrecían desayuno aunque no lo tomamos. El hotel está muy cerca del Santuario (10 minutos caminando) y de la estación del tren.
En una palabra, es un hotel correcto para un par de noches en Lourdes y la relación calidad-precio es buena.